miércoles, 19 de septiembre de 2007
Voy contracorriente
Qué le voy a hacer. Siempre me ha gustado ir contracorriente. Cuando estaba de moda estudiar inglés, yo le daba al francés (no, ese que está pensando no, el otro francés). Cuando estaba de moda llevar el pelo largo, yo me lo corté al rape (lo juro y tengo pruebas). Y cuando estaba en auge votar a Esquerra yo me afilié a Ciudadanos. No tengo remedio. Ahora, en mi partido lo de las corrientes está de moda. Contabilizo ya los cívicos, los de izquierdas pero liberales, los del teatro... Todos ellos son compañeros a los que en muchos casos conozco personalmente y aprecio. Y mucho. Y qué caramba, tienen derecho a asociarse y a promover ideas y actuaciones en una determinada línea ideológica. Y yo les apoyaré y seguro que hasta me incluyo en alguna. Pero no desde el enfrentamiento. No desde la lucha contra nadie. Calma y buen hacer, amigos. Es el momento de ir contracorriente y no dejarnos influir más que por lo que consideramos justo y bueno. Luchemos juntos, desde corrientes o desde fuera de ellas, pero todos a una, que somos más fuertes.
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2 comentarios:
¡Contracorriente! Mientras unos traman para llenar el rio de corrientes y remolinos,llega la aterradora noticia de amenaza de muerte y tiro en la frente a Albert. No por anunciada varias veces en menos terribel, lo que la hace especialmente siniestra es el explicidad del mensaje: Una bala clavada en la frente, tinta roja resbalando hasta la boca. Y el mensaje dels segadors: O te vas o te liquidamos. Una urgente convocatoria ya habitual en Ciudadanos: sms o llamada, los medios especialmente los catalanes y públicos: ni mu. Con la fotocopia en la mano mostramos el horror a la gente en una improvisada concentración.
Mientras, las autoridades -quiero decir los políticos catalanes- en el Palacete de Albeniz masticando los canapes y hablando de naderias, solo atentos a su parcela de poder. Mas que nunca, Ciudadanos es necesario para denunciar la falta de libertad de este petit pais ensimismado y ciego. Todos sabemos como empieza la violencia, nadie sabe cuando ni como terminará. No podemos mirar a otro lado, cada uno de nostros es Albert, tu, yo, el vecino. ¡Vaya tiempos tan duros y tristes!
Hasta mañana, Silvia
La verdad es que el viernes fue por un lado un día triste, mucho. Y por otro un día emocionante. Yo acabé muy tocada. Pero como hay ganas aquí seguiremos, luchando por aquello en lo que creemos. Vale la pena. Un abrazo.
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