Los partidos pueden subsistir sin corrientes, pero su existencia puede suponer un sano ejercicio democrático. Y digo puede: puede servir para aflorar lo bueno y lo malo de la política. Todo depende del fin con el que se instrumente y de sus padres. A veces me planteo que en C's deberíamos crear una corriente de izquierdas plural, que actuase como motor para que este partido sea cada vez más progresista. Y acepto otras corrientes porque otras formas de pensar me enriquecen a mí misma.
Pero si una corriente pretende restar poder a otros, librar batallas internas por el poder, reabrir batallas superadas (como la de la famosa transversalidad) y, finalmente, invertir esfuerzos mirándose el ombligo en lugar de mirar hacia nuestros votantes y trabajar para que cada día C's sea más visible y fuerte, paso de esa corriente. Mejor llamémosla la "acontracorriente". ¡Auf!
miércoles, 31 de diciembre de 2008
lunes, 15 de diciembre de 2008
Nacionalismo en la SER
Carles Francino, La SER. Deben ser las 9 aproximadamente y llego tarde al trabajo. Francino entrevista a un representate del PNV y le pregunta algo así como: "¿Cree usted que en su país ...?" No termino la pregunta porque no la recuerdo, pero era lo de menos. Me sorprendió que el propio entrevistador se dirigiese al político nacionalista como si el propio Francino fuese un periodista nacionalista, que está de acuerdo en que su entrevistado tiene SU país, y él otro. Pero el tema va mucho más allá. Francino es escuchado cada día por milles de oyentes. Cuanto dice tiene relevancia. Es un creador de opinión. Sus oyentes escuchan con total normalidad que el país vasco no es una región ni un comunidad, sino un PAÍS, y lo compran. Compran una forma de ver las cosas, la normal, la aceptada por los pretendidamente progresistas, por la SER. Yo soy progresista, yo escucho (cada vez menos) la SER. Y espero que nunca deje de sorprenderme con su velado lavado de cerebro nacionalista.
martes, 9 de diciembre de 2008
Voldemor y Dark Vader: polítiquillos de la fuerza oscura
La política no me interesa. Me lo decía este fin de semana un familiar. Es un mundo turbio, aseguraba, de intrigas, y encima es aburrido (esto me choca con lo anterior, caramba).
La política no existe, existe "el que se dedica a la política", es decir, "el político". Nos convertimos en político cuando dedicamos parte de nuestro tiempo a la defensa de un ideario político, militemos o no en un partido. En mi opinión, todos deberíamos ser un poco políticos, y tener las ideas lo suficientemente claras como para atrevernos a defenderlas en voz alta. A veces es una cuestión de generosidad y otras de rebeldía. A veces los políticos son ambas cosas: rebeldes generosos y esos son los mejores. Por eso me sorprende tanto ver a veces en este mundillo a personajillos ambiciosos que no dudan en hacer uso de la conspiración, la maledicencia, la burla o el escarnio y la corrupción, en su papel como políticos. No dudarán en embolsarse un dinerillo con malas artes, en perjudicar a un compañero al que odian, o en construir una mentira para tumbar a un adversario. Los hay en todos los partidos y son los culpables de que mucha gente tenga en tan mal concepto la política. Son como Voldemor o Dark Vader, son la fuerza oscura, y lo único que pueden hacer los otros políticos, los rebeldes y generosos, es denunciarlos y someterlos al escarnio público. El político debe ser un ejemplo a seguir, un modelo de ciudadano.
La política no existe, existe "el que se dedica a la política", es decir, "el político". Nos convertimos en político cuando dedicamos parte de nuestro tiempo a la defensa de un ideario político, militemos o no en un partido. En mi opinión, todos deberíamos ser un poco políticos, y tener las ideas lo suficientemente claras como para atrevernos a defenderlas en voz alta. A veces es una cuestión de generosidad y otras de rebeldía. A veces los políticos son ambas cosas: rebeldes generosos y esos son los mejores. Por eso me sorprende tanto ver a veces en este mundillo a personajillos ambiciosos que no dudan en hacer uso de la conspiración, la maledicencia, la burla o el escarnio y la corrupción, en su papel como políticos. No dudarán en embolsarse un dinerillo con malas artes, en perjudicar a un compañero al que odian, o en construir una mentira para tumbar a un adversario. Los hay en todos los partidos y son los culpables de que mucha gente tenga en tan mal concepto la política. Son como Voldemor o Dark Vader, son la fuerza oscura, y lo único que pueden hacer los otros políticos, los rebeldes y generosos, es denunciarlos y someterlos al escarnio público. El político debe ser un ejemplo a seguir, un modelo de ciudadano.
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